TierraLuzSilencio (instalación sonora) 2015

Pantina, Luca - Guarrera, Carlo.

La instalación sonora TierraLuzSilencio (TLS) está inspirada en una de las últimas obra de Joseph Beuys, Lightning with Stag in its Glare (Rayo iluminando un venado) y en la composición musical Konx-Om-Pax de Giacinto Scelsi. La parte del proyecto escultórico se compone de 11 elementos dispuestos en un espacio circunscrito. El punto de partida son los mudras de la meditación, una antigua gestualidad ligada a lo cotidiano que deviene con el tiempo un gesto simbólico para obtener beneficios en el plano físico y energético. Las manos, de hecho, son la parte del cuerpo que mas aparece en la simbología desde la edad Paleolítica. En las interpretaciones simbólicas la mano derecha y la izquierda tienen un sentido distinto entre ellas, en relación a las culturas y a las religiones que las elaboran. En muchas culturas se considera el lado izquierdo inferior al lado derecho. La mano derecha indica el influjo y la fuerza de una persona. Para el hebraísmo la mano izquierda es la mano de Dios, la representación de la justicia, mientras que la derecha es aquella sacerdotal, de la misericordia. En el cristianismo la derecha compone y da orden al mundo, la izquierda lleva la Gracia. Con la imposición de las manos se realiza el pasaje del poder o de la sabiduría a quien es digno. Con el mando de las manos el enfermo sana o “renace”. Antes que tuviera lugar la separación entre la religión y la medicina, el médico sanaba también con el sencillo gesto de las manos.

Pantina ha realizado copias de sus propias manos mediante un material versátil como la cera pura de abeja: veintiún calcos, de los cuales veinte de su mano derecha y solo uno de sus dos manos, la derecha y la izquierda unidas, para dar vida a una única pieza en bronce. La parte figurativa de la instalación está entonces constituida por 10 elementos en cera pura de abeja, cada uno compuesto por dos manos derechas, marcadas por una "herida" a forma de cruz, que junto a la escultura de bronce y a la estructura de hierro, materializan la obra. A través de la agrupación de distintas reproducciones de las manos del artista, en posiciones similares a aquellas de los mudras, se ha querido crear un espacio abierto, que invita al espectador a acercarse al mundo de la medicación. Los mudras trasmiten sentidos profundos sin necesidad de recorrer al utilizo de la palabra. Los medios exteriores que nos permiten un recorrido hacia el “vaciamiento” son precisamente los gestos (mudras), los sonidos y las palabras (mantras), y las representaciones simbólicas (mándalas). Tanto en los elementos de cera, como en aquello único en bronce, se visualiza el concepto de vacío. Interesa mostrar el vacío interior de la escultura, como elemento constituyente de su forma. Como señalan diferentes tradiciones de conocimiento, la multiplicidad de la forma proviene del “vacío original”. Es un vacío “iluminado”; un vacío que no corresponde a la idea occidental de condición de abismo en el cual es ausente cualquiera forma de ser, o sea una condición angustiosa e insignificante (nihil). Un vacío, mas bien, como elemento esencial, potencialmente receptivo, que abre un espacio a su alrededor, purificándose, para dejar producir el pensamiento y la energía, para reabrirse con una nueva sustancia.

Guarrera ha realizado una suite de música de la durada de 48 minutos (6x8), según una simbología numérica que se rehace al Octágono como forma metafórica del confín, del pasaje entre los mundos y los estados del ser. Ocho es el número que ha obsesionado al músico italiano Giacinto Scelsi y que representa el símbolo del infinito y del continuo retorno; el signo del perpetuo equilibrio y de la repetición armoniosa. En realidad las trazas musicales son tres (Tierra, Luz, Silencio) de ocho minutos de duración cada una, alternadas a ocho minutos de silencio. Las pausas del silencio, de todas formas, hacen parte de la composición en su totalidad, constituyendo el “vacío” como experiencia estética y como ejercicio de meditación. Los tres momentos de sonido - en el cual se utiliza una drone guitar con overdubbing múltiplos -, constituyen los tres estados del ser teorizados por René Guénon siguiendo la traza de las Upanishad: primero estadio (Tierra) Estadio del Despertar; segundo estadio (Luz) o Estadio del Soñar; tercero estadio (Silencio) o Estadio del Dormir. La multiplicidad del dualismo sueno/silencio, se recompone en un único recorrido según un esquema que se basa en la meditación. En esta inmersión hacia lo profundo se encuentra el mantra Konx, Om, Pax (la composición de Scelsi), con la reiteración de la idea de Paz, en antiguo asirio, en sánscrito y en latín. La composición musical se inspira en la estética japonesa wabi sabi (), centrada en la aceptación del transeúnte y de la imperfección; de la belleza sobria, imperfecta, impermanente e incompleta. El concepto deriva de la enseñanza budista de las tres máscaras de la existencia: impermanencia (無常) anicca, sufrimiento () dukkha y vacío () anatta.